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The colonial style (página 2)



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Después, en el corto periodo de existencia del
Virreinato se puede verificar la tendencia en su momento,
expresada por el Marqués de Sobremonte, quien
encargó al Ingeniero Juan Manuel López en 1786 el
proyecto para
la terminación de las obras del Cabildo de la Ciudad.
Allí apareció la Recova, por expresa
indicación del Marqués, con su arcada
neoclásica "a lo Palladio" y la disposición
interior de dos patios con diferente categoría, respetando
la concepción claustral y dos niveles de pisos. En la
planta baja gruesos pilares y arcos, mientras que en la planta
alta la estructura se
aligeró con columnas de ornamento clásico. En su
obra  se produce una novedad en la ejecución de los
techos en los que no se usó ya el sistema de
cubierta con tejas sino el de techo-terraza. Otro caso de este
corto periodo es la culminación de las obras de la
Iglesia del
Convento de San Francisco, – del mismo autor -, quien le
otorgó carácter neoclásico a su fachada y
atrio.

Mientras tanto la arquitectura
doméstica no sufrió modificaciones. No influyeron
los sucesos de Mayo y posterior declaración de la Independencia.

Los primeros cambios se  produjeron después de la
llegada de una escasa ola inmigratoria en Buenos Aires
promovida por Rivadavia. Acción
que luego fue interrumpida por Rosas, en cuyo
periodo de gobierno
aparecieron – sin embargo -, los nuevos conceptos de la manera "a
la italiana" de construir, sistema que llegó a
Córdoba con algún retraso. Uno de esos testimonios
lo encontramos – posiblemente el único  en pie en
nuestra ciudad -, en una casa existente en la esquina de calles
San Jerónimo y Balcarce. Casa conocida como del
"ángel"- tiene en el portal de ingreso una cabeza de
ángel -, respeta aquella forma que fue muy utilizada en
Buenos Aires – en la residencia de Rosas en Palermo, y otros
lugares de la ciudad, de los cuales, algunos ejemplos perduran en
San Telmo -. En su construcción se comenzó a desestimar
el uso de gruesos muros de cal y canto, utilizando muros de
mampostería, grandes ventanales a la calle, con
tratamientos en los muros al ejecutar la fábrica de
ladrillos para obtener terminaciones con revoques. Se obtuvieron
así los detalles o guardapolvos que rodean los
aventanamientos y remates con capiteles en los dinteles,
embellecidos con diversos motivos geométricos.
También se representó en la fachada la estructura
de la casa como si ésta dependiera de los pilares, lo cual
no es cierto, ya que todo el muro es el que transmite la carga.
Pero esto demuestra la tendencia formal de representación
neoclásica de las fachadas, a las que se agrega una fuerte
cornisa a la altura de los techos y remates de muros que
continúan los pilares y entre ellos rejas de dibujos
simples, mientras que se colocaban otras con diseños
más complejos en las ventanas así como en las
puertas cancel. Se seguía utilizando el criterio de
disponer las salas a la calle para alquilar como tiendas. En esos
lugares se produjeron los primeros cambios en la forma de
comercializar y socializar: Fue el paso de la tienda, el
despacho, al almacén;
de la pulpería a la confitería. Este modelo de casa
se utilizó en Córdoba hasta muy avanzado el siglo
XIX, y fue parte de la disputa – en este caso sobre la
expresión formal -, entre conservadores y liberales. Es el
caso sucedido en San José de la Dormida, pueblo del norte
Cordobés, que fue fundado en 1881. En un sector del mismo,
en zona céntrica se ubicó uno de los caudillos
políticos del lugar y construyó su casa en una
esquina. Este caudillo – conservador -, construyó su casa
con el modelo del periodo Rosista. Incluso no hizo ochava y como
la herrería era muy costosa o imposible de conseguir en la
zona, hizo dibujar en el revoque del paño entre pilares
del parapeto de remate la reja imposible de colocar. En las
antípodas, el caudillo liberal,
construyó su casa en otra esquina, pero con ochava y con
una resolución contemporánea a  los modelos
"europeizados" del momento.

Mientras tanto en la Ciudad intervenían arquitectos
contratados en Europa como
Francisco Tamburini, autor del proyecto del Banco de
Córdoba- 1887-89 -, el Teatro Rivera
Indarte – 1887-90 -  y el Hospital de Clínicas
-1885-1913-, obras que demuestran el ecléctico criterio
formal del proyectista, que será la característica
de fin de siglo y las primeras décadas del siglo veinte en
la arquitectura de Córdoba.

Es a partir de la primera guerra y hasta
el fin de la década del veinte que se produjo la
más grande ola inmigratoria en la Ciudad: el mayor
porcentaje correspondió a Italianos, constructores que
formaron el sector de su especialidad, mientras que los
españoles – segundos en cantidad de inmigrantes, aunque
habían comenzado a llegar a la ciudad a mediados del siglo
XIX -, se dedicaron al comercio, las
actividades bancarias, negocios
inmobiliarios como Augusto López(Pueblo General Paz 1970);
Garzón Agulla (Pueblo San Vicente 1971) ó Heriberto
Martínez Martinoli ( Villa Argüello
1917-1924-1932.

La mirada estaba puesta en Francia y
París era el modelo a imitar. Es el caso de Miguel Crisol
que urbanizó el Pueblo Nuevo bajo criterios de
L"école de Beaux arts y de Haussman, tomó las
plazas como nudos de un eje con forma de bulevar. Después
se contrató al arquitecto francés radicado en
Buenos Aires Charles Thays para proyectar el Parque. El conjunto
se fue embelleciendo con las residencias a la francesa en los
sectores aledaños a la Plaza España.

En este periodo se perdió de vista la forma de
construir "a lo colonial" ya que desde la llegada del
ferrocarril, las posibilidades de conseguir materiales de
construcción modernos fueron mayores, entonces,
predominó el criterio liberal que consideraba a lo
colonial como signo de atraso.

El cine, la
mirada puesta en Estados Unidos

El desarrollo en
el ámbito mundial de las comunicaciones
facilitó la disponibilidad de información a nivel general y
especializado, esto posibilitó, mediante revistas y
folletines provenientes de Francia, Inglaterra,
EE.UU., estar al tanto de los últimos acontecimientos y
particularmente de los sucesos relacionados al cine, industria que
se había expandido notablemente y gozaba de la preferencia
popular.

California comenzó a conocerse no solo por ser el lugar
donde se hacían las películas sino también
porque allí vivían las estrellas de cine, de
quienes se pretendía conocer todo, sus residencias,
así como los edificios de las empresas
cinematográficas donde trabajaban – la Paramount pictures
construyó una fachada de neto carácter
"neocolonial". Así se pudieron observar edificaciones que
sus autores ofrecían como de "estilo español"
en referencia a la utilización de un variado repertorio
formal reunido por estudiosos americanistas que habían
comenzado a desarrollar una propuesta "nacional" en distintos
países de Latinoamérica – en el nuestro Ángel
Guido, Martín Noel. En Córdoba Juan Kronfuss -,
formas que fueron combinadas con algunos ejemplos de anteriores
residentes de California, así como de los escenarios
imaginados por los artistas de la industria del cine. Es sabido
que Hollywood siempre apuntó al gusto medio y ha sido el
formador del imaginario popular y mediante este poderoso medio de
difusión propagandístico, se difundió el
modo de vida americano.

De esta combinación, y con la disputa siempre presente
entre conservadores y liberales que se había agudizado en
la medida en que avanzaba el liberalismo
que comenzó a utilizar a la obra pública como
bandera política, se estableció una disputa
entre los profesionales que hacían una crítica
a la dependencia europea y una búsqueda de raíces
nacionales, apoyada en la postura de otros arquitectos
latinoamericanos que se enrolaron en el "neocolonial" como
propuesta formal arquitectónica regional,
aparecieron  en Buenos Aires las primeras obras de este
tipo, de la mano – entre otros – de un profesional que tuvo que
ver en la disputa teórica: El arquitecto Martín
Noel que -contradictoriamente había comenzado junto a
otros a registrar el patrimonio
nacional e iniciar los debates sobre él -proyectó
diversas obras en la ciudad que hasta hoy día es posible
visitar, como su casa, la de Enrique Rodríguez Larreta y
otras en la provincia como "las casas" de la estancia "Acelain"
(1922), donde expuso una combinación de neocolonial
arequipeño (Arequipa, Perú) con patio granadino. Se
agudizó en el imaginario popular en nuestro medio esa
forma de resolución de las fachadas a lo "neocolonial"
pero visto por ojo de escenógrafo Californiano, la que fue
desarrollada por los mejores profesionales de la Ciudad y fue
propaganda de
"identidad
nacional" a partir de la construcción de los primeros
ejemplos. Esto podría explicar el porqué de los
cambios tan rotundos en profesionales de la arquitectura como
Ángel T. Lo Celso o Jaime Roca, quienes tuvieron un
periodo de proyectación acorde con el movimiento
moderno y el Art Decó en el caso de Lo Celso y luego se
dedicaron a lo neocolonial – Colegio Monserrat en el caso de
Roca, vertiente arequipeña, y diversas obras de Lo Celso.
Este tipo de expresión se expandió por la ciudad a
partir de la década del 30, y junto a quienes
venían pregonando por una arquitectura nacional,
terminaron por adherir a esta forma de resolución
"neocolonial" para su expresión. Lo curioso es que la
resolución formal no implicó cambios
tipológicos, pues se trataba de una resolución
escenográfica. Más adelante, durante los gobiernos
de Juan Domingo Perón, de
acuerdo a su política de nacionalización y de
continuo fortalecimiento del Estado, se
pretendió profundizar el punto de vista "nacional" en las
propuestas arquitectónicas que ejecutó. Un claro
ejemplo es el caso de la Ciudad Universitaria de la Ciudad de
Córdoba, que originariamente pertenecía a la
Fundación Eva
Perón y que había sido diseñada –
1949-50 – con una serie de pabellones con formas que
representaban a distintos países, ya que fueron pensados
para el alojamiento de estudiantes que se suponía
vendrían de dichas regiones a estudiar a Córdoba.
El resultado fue que el plan general se
basó en un eje monumental o "Via Imperialis" – Avenida
Argentina con la terminación en el Pabellón
Principal, el pabellón Argentina: Un recurso de
arquitectura al uso de Via Imperial – característico de
Mussolini, mientras que los pabellones ubicados en distintos
lugares, con un orden aleatorio, representaban a los
países: México, de
estilo neocolonial como explicamos "a la californiana", tuvo como
autor al arquitecto Ángel T. Lo Celso -c. 1950 -, – se
destaca la resolución de su patio con cierto aire
español, pero que no escapa a lo anecdótico; el
Residencial, neoclásico con mansardas, y el resto
eclécticos. La adhesión a la arquitectura del
nacional socialismo estuvo
también presente en otras obras en el país como el
Monumento a la bandera en Rosario, proyecto del arquitecto
Alejandro Bustillo.

En cuanto a la arquitectura doméstica se
continuó con el debate acerca
de las instancias para la formación de una arquitectura
nacional, sin embargo, el Estado
siguió produciendo ejemplos del neocolonial, trató
de imponerlo, como el singular caso de la escuela
Garzón Agulla de barrio General Paz, en la ciudad de
Córdoba. Su singularidad surge de la actitud
asumida ya que fue llamado a concurso su proyecto, siendo elegido
por el jurado una propuesta claramente adherente al movimiento
moderno cuyo autor fue el arquitecto Nicolás Juárez
Cáceres, sin embargo no estaba en el gusto de lo que
correspondía o pretendía el Estado expresar, por lo
tanto se realizó una propuesta "neocolonial" a cargo del
ingeniero Julio Barraco -1943 -. Lo cual es significativo acerca
de lo escenográfico de la resolución, pues la
planta del edificio no se modificó. Algo parecido 
había sucedido con anterioridad, en el Concurso para el
Palacio de Tribunales donde los proyectistas debían
presentar propuestas en neocolonial y otras variantes, sin
embargo allí se eligió y ejecutó la oferta
neoclásica de los arquitectos José Hortal y
Salvador Godoy -1927,1936 -.Sin lugar a dudas que en todo este
periodo ocurrió algo que venía ya sucediendo en
otros países latinoamericanos donde se hacían
propuestas similares, debido a la situación general del
mundo en donde se había establecido una corriente de
fortalecimiento Estatal que, luego de la primera guerra
mundial y la crisis del
liberalismo, será aprovechada por los sectores
conservadores, que adhirieron al nacional socialismo y sus
propuestas formales en arquitectura.[1]

Hay que destacar aquí, que para la ciudad de
Córdoba fue muy importante la presencia del Brigadier Juan
Ignacio San
Martín 1949-1951, quien supo otorgarle gran dinámica al desarrollo industrial lo cual
generó importantísimo crecimiento de la ciudad. El
sector industrial metal mecánico fue promovido
favoreciendo la radicación fabril de industrias
estatales que generaron particular polo de desarrollo que produjo
una gran ola inmigratoria interna. Se construyó el barrio
aeronáutico que fue proyectado con una síntesis
formal más cercana con nuestro patrimonio, desechando el
"neocolonial californiano". Este será el paso de
síntesis hacia el posterior "estilo colonial" de las
propuestas residenciales. En el otro extremo de la Arquitectura
doméstica, se tomaron los criterios que surgían de
la mirada puesta en ese momento en Estados Unidos.
Comenzaron a aparecer los barrios como los suburbios de los
centros de las ciudades del país del norte: un plan
urbanizador con lotes amplios o no, según la oportunidad y
voracidad comercial, para viviendas ubicadas con retiro verde y
donde prevaleció la construcción de "chalets", que
fueron apoyados por la definición de un Código
de Edificación para el desarrollo de ese tipo de ciudad -,
en los que se fueron observando las tendencias en boga. El apoyo
a un desarrollo de "una tercera posición" peronista,
negaba en teoría
a los modelos del capitalismo y
del comunismo, lo que
impidió otra vez más el desarrollo de un
capitalismo abierto de fronteras y tal como sucediera en los
países europeos ligados al nacional socialismo,
retrasó el desarrollo de expresiones de la arquitectura
del movimiento moderno.

Más tarde aparecieron algunas propuestas innovadoras,
que se conocen como del periodo de las "casas blancas" a fines de
los cincuenta y avanzada la década de los sesenta- uno de
los escasos productos de
valor regional
en la arquitectura de Córdoba -. Mientras tanto, aquel
neocolonial y el colonial, se fue sintetizando más en sus
formas debido a las posibilidades constructivas de los materiales
y respetando su origen escenográfico, lo que produjo una
arquitectura de tipo residencial que se difundió como
"estilo colonial", porque se había efectuado una
síntesis un poco mas acercada  en base a los modelos
de Córdoba, sin embargo, no respetó en absoluto lo
que significa el modo de construir del periodo de la Colonia, que
como hemos visto es un sistema constructivo bien definido y no
una respuesta escenográfica. Triunfó el criterio ya
banal, ya efímero al que se habían familiarizado
tanto los comitentes como los proyectistas.

Extracto del libro
inédito La construcción de la Ciudad de
Córdoba
. © Gustavo Antonio Ceballos 2003.

 

 

Autor:

Gustavo Antonio Ceballos

[1] Esta posición ultra
conservadora, fue recogida del intento de acercamiento que
había propuesto el Canciller Español de la
época, don Segismundo Moret, quien impuso su tesis
acerca de la idea de "la madre patria", y de la
entrañable relación de España con
América Ibérica, por ser "de una
misma raza, religión, lengua y
tradición". Aunque en el campo político no le
fue de mucha utilidad,
esta posición sirvió a los sectores de
descendientes españoles que pretendieron quedar
ligados por su "pureza de sangre" con
la monarquía española. De este
razonamiento clasista, aristocrático, se
fortaleció un segmento ultra conservador que tuvo
mucha relación por medio de los gobiernos de Castillo
y Ortiz, con el "Generalísimo" Franco en otros
años y con el acercamiento de estas personas con la
manera de construir "a la española", así como
la de los profesionales locales en justificar a cierta
arquitectura de antecedentes españoles con algunos
rasgos exteriores indígenas para hablar de una
Arquitectura colonial en función de tratar de establecer una
identidad
en la arquitectura Argentina. Ellos moldearon ese
"neocolonial" que solo tenía el pretexto formal,
escenográfico de California y de su gran
fábrica de ilusiones que ha sido Hollywood.

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